El albergue municipal de la calle Fernán González, en la capital burgalesa, ha pulverizado marcas durante este mes de agosto. Tiene una capacidad máxima para 160 personas y durante varios días, la asociación de Amigos del Camino de Santiago, que lo gestiona, ha tenido que solicitar la apertura del polideportivo de San Amaro para alojar a unos 20 ó 30 peregrinos a los que no podía dar cama en sus instalaciones.
Es casi imposible calcular el número de caminantes que entran a la capital burgalesa en su recorrido hacia Santiago de Compostela. Además del albergue municipal que gestiona la asociación, en Burgos existen otras dos instalaciones de este tipo -los albergues de Emaús y de la Divina Pastora- y decenas de hostales y pensiones que también suelen acoger una cifra importante de peregrinos durante esta época del año. «Para la ciudad es una fuente de ingresos importante», reconoce Jesús Aguirre, el presidente de la asociación burgalesa de Amigos del Camino de Santiago. Aguirre confirma que «la crisis no hace mella» en la ruta jacobea y recuerda que la gran afluencia de peregrinos por todo el recorrido «redunda en beneficio» de todas las localidades que atraviesa el Camino. Porque, a su juicio, aunque la peregrinación a Santiago puede parecer una forma barata de hacer turismo en tiempos de crisis, «el peregrino, si la ciudad le gusta, vuelve como turista, es ahí donde se hacen ingresos».
Entre las razones por las que el número de peregrinos está siendo superior este año que en los anteriores, podría estar, según la asociación que preside Jesús Aguirre, el hecho de que el año próximo sea Año Santo Jacobeo, por lo que muchos caminantes habrían preferido evitar posibles aglomeraciones en la ruta. Alemanes, franceses, italianos, estadounidenses, canadienses y coreanos -estos últimos, peregrinos relativamente recientes- copan estos días el albergue de Burgos, junto a caminantes catalanes, vascos, valencianos y madrileños. «Lo hacen por varias razones. La principal es espiritual, van a la tumba del apóstol. Pero también desde un punto de vista patrimonial, cultural, paisajístico», detalla.
Ruja jacobea
El albergue municipal de Burgos está situado en la histórica Casa del Cubo, en la calle Fernán González, en pleno centro de la capital burgalesa y sobre la propia ruta jacobea. Funciona allí desde hace un año, cuando sustituyó al albergue «provisional» que durante años se situó en unos módulos prefabricados en el parque del Parral. Las nuevas instalaciones, construidas por el Ayuntamiento con una importante financiación del 1% cultural del Ministerio de Fomento, están a un paso de la Catedral y han permitido a los peregrinos conocer los lugares más céntricos de la capital burgalesa.
A este conocimiento de la ciudad también ha contribuido el convenio firmado entre la asociación de Amigos del Camino de Santiago de Burgos y la asociación de Guías Turísticos Oficiales, que desarrollan rutas guiadas por el centro de la ciudad, a las que acuden unos 30 usuarios del albergue cada día. Un «rotundo éxito», según Aguirre, al que se ha unido Caja de Burgos en las últimas semanas, que completa el recorrido, para los peregrinos que aún conserven fuerzas, con una visita gratuita al CAB (Centro de Arte Caja de Burgos).
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