Hace año y medio, Chema Gutiérrez abrió la tienda de bicicletas 'Vini, Vidi, Bici' en un enclave aparentemente inhóspito para tal negocio, el parque de San Antonio, al otro lado del Ebro. El emplazamiento, sin embargo, no era algo aleatorio. «Nos ubicamos aquí con idea, por tratarse de un lugar de paso del Camino de Santiago, que mucha gente recorre en bicicleta, y porque generalmente nuestros negocios han salido de las ciudades por problemas de aparcamiento, y aquí lo hay».
Del acierto de esta decisión pueden hablar los cientos de peregrinos que realizan el Camino de Santiago en bicicleta y recalan en su tienda para arreglar o poner a punto sus vehículos.
«En agosto pasado, hubo días que atendimos hasta 60 peregrinos», comenta Gutiérrez, en cuyo establecimiento brindan un trato especial a quienes viajan hacia Santiago de Compostela a golpe de pedal. Además de una mimada atención personal, en 'Vini, Vidi, Bici' nunca cobran los arreglos menores al peregrino y, en el resto, ajustan mucho los precios.
«Generalmente, los peregrinos vienen con bobadas; para engrasar una cadena llena de barro; tensar un freno, centrar una rueda, inflar una cámara... y les decimos que no es nada, que paga Santiago. Entonces, se van riendo», relata este profesional y enamorado de la bicicleta.
Cámaras, cubiertas, radios, zapatas y frenos centran la mayoría de los problemas, que en esta tienda se afanan en arreglar con la máxima celeridad ya que muchos romeros sólo están de paso. «Algunos pernoctan en Logroño y te dejan la bici hasta el día siguiente, pero generalmente vienen de paso y van a dormir a Nájera o Santo Domingo», explica.
¿Las averías más habituales? «Las de las parrillas y portabultos, porque generalmente llevan allí todo el peso y cargan más de lo que deben, y los golpes siempre van ahí porque es lo que más sobresale de la bicicleta».
Punto de información
'Vini, Vidi, Bici' es ya una referencia para los ciclistas de la Ruta jacobea gracias al boca a boca y a Internet. Para el año 2010, Gutiérrez espera una avalancha de peregrinos por tratarse de Año Santo Jacobeo. «Puede ser una locura; hablan de hasta un millón de peregrinos, aunque en bicicleta pasarán unas 200.000 personas, claro que no todas con averías».
Además de los arreglos mecánicos, también solucionan otras cuestiones. Cuenta Gutiérrez que «hay quien viene andando y, por sus ampollas o lesiones, nos compra una bici para seguir; este año nos ha pasado dos veces». Estos días en los que el frío se ha echado de repente, también están vendiendo guantes a los peregrinos sobre dos ruedas. Y durante todo el año, les regalan caramelos y cualquier información que requieran, sobre todo direcciones de pensiones y hoteles para pernoctar.
Los italianos, en cabeza
Así como el pasado año desfilaron muchísimos brasileños por la tienda de Chema Gutiérrez, este año se llevan la palma los italianos, quienes no pierden la ocasión de fotografiarse junto al letrero 'Vini, Vidi, Bici' de la entrada.
En agosto y julio, los nacionales son mayoría; el resto del año, los extranjeros. Estos últimos -comenta- «vienen con bicicletas superpreparadas porque son los medios de transporte en sus respectivos países, con lo cual son bicis de gamas muy altas, con portabultos perfectos, parrillas, sistemas eléctricos... Por el contrario, para los españoles el Camino es una aventurilla y con cualquier bici que tengan en casa lo hacen, por eso tienen muchos problemas. Aquel contenedor ya conoce bicis que han ido dentro», dice señalando a unos metros.
Curiosamente, Chema Gutiérrez nunca ha recorrido el Camino de Santiago. «Quiero hacerlo, pero andando. Todos te cuentan muchas aventuras y lo que engancha; hablan de una experiencia muy espiritual, de amigos, de hacerte pensar... y tiene que ser verdad porque todo el mundo lo coment
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