jueves, 19 de agosto de 2010

Memoria del Camino

El Real Monasterio de San Zoilo de Carrión de los Condes (Palencia) encarna mejor que ningún otro lugar la unión de la fe, el conocimiento, la cultura y la espiritualidad que el Camino de Santiago representa, merced a una fusión de estilos arquitectónicos de los últimos diez siglos, la mística tranquilidad de sus corredores y pasillos, y la fuente de saberes que esconde dentro: el Centro de Estudios y Documentación del Camino de Santiago, auténtica memoria escrita de las rutas jacobeas, su historia, sus anécdotas y sus protagonistas, desde Carlomagno hasta el más humilde de los peregrinos.
A través de los 4.000 títulos y los casi 6.000 volúmenes que atesora la biblioteca, dependiente de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Palencia, se puede trazar la evolución del Camino, desde el descubrimiento de la tumba del apóstol a la época dorada de las peregrinaciones y sus crisis sucesivas en la Baja Edad Media y la Ilustración.
“El Camino cayó en el olvido durante muchos siglos, las peregrinaciones casi desaparecieron y la tradición oral no se escribió”, explica el director del centro y de la asociación palentina, Ángel Luis Barreda, en referencia a las muchas y amplias lagunas que existen en la historia escrita de la ruta jacobea. Esa intermitencia hace que los incunables no sean muy abundantes, pero entre ellos es de obligada referencia el ‘Códice Calixtino’, obra fundacional del tema jacobeo, de la que el centro palentino guarda un fiel y preciso facsímil editado en 1993.
Al hojear sus páginas, bajo el techo abovedado del claustro de la biblioteca, decorado por los jesuitas en el siglo XIX con recargadas volutas y medallones de hombres ilustres, se puede apreciar que el ‘Codex’, a diferencia de otras obras de la misma época, no está muy miniado. De hecho, sólo son dignas de mención dos ilustraciones: los guerreros del Carlomagno de ‘El Turpín’ y el Santiago de Majestad que abre el primer capítulo del primer libro.
Aunque no tan antiguas, el Centro de Estudios guarda otras joyas de la literatura jacobea, como un original de ‘Santiago, Jerusalén, Roma. Diario de una peregrinación a estos y otros santos lugares de España, Francia, Egipto, Palestina, Siria e Italia, en el año del Jubileo Universal de 1875’, escrito por José María Fernández Sánchez y Francisco Freire Barreiro y publicado en tres tomos entre 1880 y 1884.
La obra de referencia del siglo XX
En las estanterías del claustro también reposa la obra de referencia del siglo XX, a menudo citada, cuando no “copiada”, según Barreda, por multitud de estudiosos e investigadores de las últimas décadas: ‘Las peregrinaciones a Santiago de Compostela’, escrita por Luis Vázquez de Parga y publicada en 1948. El libro, finalista del Premio del Caudillo en el certamen convocado por el Instituto de España en 1943, destaca por cubrir virtualmente “todas las facetas” del fenómeno jacobeo, como su historia, la picaresca y sus peregrinos más sobresalientes, a lo largo de tres tomos.
El Centro de Estudios y Documentación del Camino de Santiago tuvo un nacimiento original, ya que su semilla se plantó con una exposición, ‘Camino de Santiago, mil años de historia... mi libros para conocerla’, que entre 1998 y 1999 viajó por 18 lugares de España gracias a la labor de difusión de la Federación de Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago. “Cuando empezamos no había ni mil libros, pero al terminar, sí; entonces surgió la cuestión de qué hacer con ellos y San Zoilo nos cedió este espacio”, recuerda Barreda.
La filosofía de la exposición era mostrar y permitir tocar y hojear a los visitantes los más importantes libros sobre el Camino. Él proyecto de biblioteca itinerante desembocó de manera natural en otro estable, que cada año recibe a investigadores de las procedencias más diversas, a estudiantes que trabajan en tesinas sobre el Camino, “un tema de moda”, y a un público mucho más particular: niños y jóvenes que preparan los trabajos con los que optarán a participar en la Ruta Quetzal BBVA y que visitan el centro cada vez que los organizadores incluyen en las bases un tema jacobeo.
Con el tiempo, ese millar de referencias ha ido aumentado y, puesto que la biblioteca es monotemática, el sistema de catalogación se ha desviado de la normativa internacional en favor de una serie de categorías propias, que actualmente ascienden a 21 sin contar las revistas -tanto españolas como extranjeras-, clasificadas aparte.
“Donde no llega nadie”
El Centro, como afirma su responsable, “se nutre de todos los fondos” y los libros llegan hasta él gracias a las asociaciones de amigos integradas en la federación nacional, que avisan a Carrión de los Condes de cada novedad que sale al mercado, incluso de “los opúsculos más locales” y de las obras autoeditadas por sus autores. Por esa razón, Barreda afirma orgulloso que llegan “donde no llega nadie, ni siquiera la Biblioteca Nacional”.
Una de las secciones de la biblioteca a la que su director concede más importancia es la de ‘Relatos de peregrinos’, escritos en su mayoría a partir de la década de los 90 del siglo XX y cuyo valor radica en que “servirán para estudiar el Camino en el futuro”. Los superventas de Shirley MacLaine y Paulo Coelho conviven en esas estanterías con crónicas de peregrinos anónimos, algunas incluso enviadas en folios a la biblioteca por sus propios autores sin que nunca hayan pasado por una imprenta. Otro de los apartados más amplios es el de ‘Catálogos y fuentes documentales’, que ofrece “una valiosa información” en forma de actas de congresos y catálogos de exposiciones, como la de ‘Europalia’ de 1985 en Amberes (Bélgica), “la mejor que se ha hecho del Camino de Santiago”, que supuso “el reencuentro de Europa con España”.
Prácticamente cada sección tiene su cuota de volúmenes interesantes, raros y curiosos, como la guía que el artista japonés Munehiro Ikeda -una celebridad en su país- publicó en 1990 y que incluye un mapa del Camino Francés con los principales edificios de todos sus pueblos, dibujado a mano por el propio Ikeda. Éste se encuentra bajo el epígrafe ‘Libros en otros idiomas’, pero si el visitante se detiene en otras estanterías, por ejemplo las etiquetadas como ‘Regiones y comarcas del Camino’, ‘Sobre la ciudad de Santiago y el apóstol’, ‘Arte y música’, ‘Novela y literatura’ o ‘Gentes del Camino’, seguro que encontrará muchos más.

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