La undécima edición del curso Las Claves del Románico, dedicado este año a los grandes Maestros del Camino de Santiago, ha servido para renovar y actualizar la concepción existente hasta el momento de estos artistas. El seminario, organizado por la Fundación Santa María la Real, ha combinado la teoría con la práctica, a través de la visita a viarias iglesia de la Ruta Jacobea.
Para el director del curso, el historiador Pedro Luis Huerta, el balance de este seminario, que se clausuró el domingo, no puede ser más positivo. «En cuanto a la asistencia, hemos completado el número de plazas ofertadas, y en cuanto al interés despertado por las conferencias, creo que ha sido máximo», apuntaba. El seminario ha sido organizado gracias a la colaboración de Cajamar, el Ayuntamiento de Aguilar de Campoo, la Diputación de Palencia y la Fundación Ramón Areces. «Se han aportado además novedades muy importantes. En el caso de San Martín de Frómista, el profesor Prado Vilar ha definido la formación de uno de los maestros que trabajaron en la iglesia, al que ha bautizado con el nombre de maestro Orestes-Caín. El resto de las ponencias también han aportado datos novedosos y han servido para perfilar mejor el panorama de los maestros que trabajaron en el Camino de Santiago durante los siglos XI y XII», continuaba Huerta.
En el caso concreto de Palencia, los ochenta alumnos asistentes se han acercado a uno de los maestros que intervino en la iglesia de San Martín de Frómista y al maestro de Santiago de Carrión, «uno de los más conocidos», según el director del curso. En este último caso, se ha definido su vinculación con la iglesia de San Vicente de Ávila y con el monasterio de Santa María la Real de Aguilar de Campoo, «donde también se ve, si no su misma mano, sí la de alguno de los escultores que trabajaron con él».
El curso ha permitido a los asistentes conocer in situ el trabajo de estos maestros, ya que el primer día se visitaron las iglesias de San Martín de Frómista y Santiago y San Zoilo, en Carrión de los Condes, y el segundo, las de Zorita del Páramo y Moarves de Ojeda. «Son dos iglesias donde se percibe la huella del maestro de Carrión -asegura Huerta-. No a nivel estilístico, pero sí compositivo, puesto que son dos templos del norte de Palencia donde se copió un friso con apóstoles bajo arquerías, a imagen y semejanza de Carrión, aunque labrado por manos diferentes».
Pórtico de la Gloria
Junto a los maestros palentinos, también se ha hablado de otros fundamentales en el Camino, como el maestro Mateo, autor del Pórtico de la Gloria. Su ánalisis corrió a cargo de Manuel Castiñeiras González, profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona y miembro del comité internacional de expertos que está siguiendo la restauración del Pórtico. «Ha aportado novedades muy interesantes sobre la personalidad del maestro Mateo y sobre la capacidad que tuvo para reunir en torno a él a escultores, pintores, liturgistas, músicos y probablemente a pensadores, y entre todos ellos generaron esa gran obra que es el Pórtico de la Gloria», explicaba Pedro Luis Huerta. «El maestro Mateo debió ser un arquitecto, pero también, y quizá más, un superintendente de las obras, más que un escultor, que es la concepción que hasta ahora teníamos, ya que se pensaba que él había tallado la portada con sus propias manos, cuando en realidad parece que su capacidad iba mucho más allá y consistía en controlar a todos los operarios que estaban a su cargo».
Todas las ponencias de este undécimo curso quedarán recogidas en un libro, que estará a la venta en verano y que se entregará también a los asistentes a la segunda edición del seminario, que se celebrará del 30 de julio al 1 de agosto, con idénticos contenidos. www.joyasdelperegrino.com
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