De Lorenzo y José Luis Galán, ante la placa instalada frente a la Catedral.
Ch. N.
El peregrino que cumpla con El Salvador camino de Santiago no volverá a tropezar con las mismas piedras. Las rutas del Camino Jacobeo en la ciudad han mejorado, desde la semana pasada, su señalización, con la instalación de nuevos hitos informativos y un refuerzo a lo largo de todo el itinerario. No es poca cosa. La confluencia en la Catedral del Camino Primitivo y del de la Costa provocaba de forma habitual confusiones en los peregrinos. «Queriendo ir a Grado, aparecían en Llanera», admite José Luis Galán, Presidente de la Asociación Asturleonesa de Amigos del Camino de Santiago.
Ellos y el Ayuntamiento de Oviedo se han encargado de este refuerzo del itinerario, que ante la Catedral, a pocos metros de la primera marca (las tradicionales vieiras en el suelo) ha permitido colocar una gran placa con varias funciones. La primera es casi testimonial, recuerda que de allí, en el siglo IX, salió la primera peregrinación de Alfonso II. La otra, práctica, es la de señalar con dos flechas que el Camino Primitivo gira a pocos metros por la calle Schultz y que el de la Costa sigue por la calle del Águila.
Los primeros metros de ese itinerario del camino Primitivo, un tanto confuso, entre calles del casco viejo y luego por Covadonga, también se han reforzado con la instalación de nuevas conchas en el pavimento.
Lo mismo se ha hecho con el salto que el camino hace sobre la Losa, antes de dirigirse hacia la Argañosa y con el complicado discurrir que la vía tenía al llegar a la Florida. Allí, superada la pasarela sobre las vías de Feve, el camino original ha quedado alterado por un solar vallado. Las nuevas vieiras refuerzan el itinerario alternativo y, al otro extremo de la Florida, también mejoran la señalización para tomar el vial que conduce hacia San Lázaro de Paniceres.
«Ahora ya no hay pérdida», resume José Luis Galán, quien en pleno año xacobeo y con el Camino de Santiago como uno de los lemas de la candidatura ovetense a la capitalidad cultural europea de 2016 se felicita del éxito de Oviedo en estas rutas a Santiago.
El albergue de la ciudad, explica, ya está recibiendo una media de entre 20 y 30 peregrinos diarios. Ya se han superado los ochocientos peregrinos que han pasado por la ciudad y se espera que a lo largo de la próxima semana se llegue al peregrino número mil de 2010. La cifra, para hacerse una idea de la buena marcha de este año santo en la ciudad, se alcazaba, en años anteriores en julio o en agosto.
Al adelanto, pues, de un mes en la frecuencia de peregrinos se suma la actividad divulgativa que la Asociación Asturleonesa de Amigos del Camino de Santiago está realizando, con charlas en todos los centros sociales municipales y con las marchas por diversos tramos del camino con los usuarios de los distintos centros. www.joyasdelperegrino.com
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domingo, 6 de junio de 2010
El Camino no es un maraton
No es justo. El Camino de Santiago no se puede hacer a modo de carrera para ver quién llega antes, sea como sea», manifestaba hace unos días una peregrina a su llegada a O Cebreiro. «Hay que hacerlo con un sentimiento especial, con un motivo concreto, sino no tiene sentido», añadía otra. Lo decían algo indignadas porque esa noche, en principio, no tenían un techo bajo el que dormir. «Hay mucha picaresca. Algunos, para coger sitio en el albergue, hacen tramos en coches de apoyo, incluso en taxi». Sus palabras son confirmadas de vez en cuando por otros testimonios: «Hay peregrinos que no viven el Camino, sino que están en una competición».
A la una de la tarde, como todos los albergues públicos gestionados por la Xunta de Galicia, abre también el de O Cebreiro. A esa hora, la fila de caminantes que esperan para coger sitio es ya de impresión. Incluso sobre las once y media de la mañana, ya hay quien hace guardia después de haber pasado por la iglesia para sellar su credencial.
Eso implica que, o han andado a velocidad de rayo, o no han andado del todo o, simplemente, se han levantado cuando todavía no había salido el sol. «A veces, estamos en los albergues y algunos salen ya a caminar sobre las cinco y pico de la madrugada», explica un peregrino. Los que parten más tarde entienden que no por ese motivo pueden ser criticados los primeros («cada uno se levanta cuando quiere»), pero no todos aceptan que muchos peregrinos hagan el Camino sin su mochila. «Se supone que vas con un peso, que es el tuyo propio, el que llevas en tu interior y el porqué de que seas peregrino, pero muchos se deshacen de ellas, las mandan en taxi, para así poder andar más rápido y acabar antes».
Sin tiempo para la reflexión
Con la duda en el cuerpo de si llegarán a tiempo o no para dormir a cubierto en el albergue o en los hostales, apurando el paso y condicionados muchos también por los días de vacaciones, es casi imposible, dicen otros, llegar a Compostela de la manera en que conviene peregrinar, es decir, dedicándole un tiempo a la reflexión con uno mismo. Se señala que la meta es el Apóstol, pero nunca en el sentido de que haya que llegar a él en un tiempo récord.
Al lado de los que así lo viven, por otra parte, hay caminantes que sí optan por abandonar el estrés de la vida diaria y vivir la aventura: «Yo disfruto lo que me va deparando cada día. Ando a mi ritmo, busco en mi interior y cuando llego a un sitio, me adapto a lo que quede», explicaba otra peregrina. Aunque eso conlleve, en muchos casos, salir casi que peor parados www.joyasdelperegrino.com
A la una de la tarde, como todos los albergues públicos gestionados por la Xunta de Galicia, abre también el de O Cebreiro. A esa hora, la fila de caminantes que esperan para coger sitio es ya de impresión. Incluso sobre las once y media de la mañana, ya hay quien hace guardia después de haber pasado por la iglesia para sellar su credencial.
Eso implica que, o han andado a velocidad de rayo, o no han andado del todo o, simplemente, se han levantado cuando todavía no había salido el sol. «A veces, estamos en los albergues y algunos salen ya a caminar sobre las cinco y pico de la madrugada», explica un peregrino. Los que parten más tarde entienden que no por ese motivo pueden ser criticados los primeros («cada uno se levanta cuando quiere»), pero no todos aceptan que muchos peregrinos hagan el Camino sin su mochila. «Se supone que vas con un peso, que es el tuyo propio, el que llevas en tu interior y el porqué de que seas peregrino, pero muchos se deshacen de ellas, las mandan en taxi, para así poder andar más rápido y acabar antes».
Sin tiempo para la reflexión
Con la duda en el cuerpo de si llegarán a tiempo o no para dormir a cubierto en el albergue o en los hostales, apurando el paso y condicionados muchos también por los días de vacaciones, es casi imposible, dicen otros, llegar a Compostela de la manera en que conviene peregrinar, es decir, dedicándole un tiempo a la reflexión con uno mismo. Se señala que la meta es el Apóstol, pero nunca en el sentido de que haya que llegar a él en un tiempo récord.
Al lado de los que así lo viven, por otra parte, hay caminantes que sí optan por abandonar el estrés de la vida diaria y vivir la aventura: «Yo disfruto lo que me va deparando cada día. Ando a mi ritmo, busco en mi interior y cuando llego a un sitio, me adapto a lo que quede», explicaba otra peregrina. Aunque eso conlleve, en muchos casos, salir casi que peor parados www.joyasdelperegrino.com
sábado, 5 de junio de 2010
La Nipona peregrina
Satoko Nakajima (Yokohama, 1970) tiene la cara morena. Antes de hacerse una foto, se aclara la piel con una buena capa de cosméticos para lucir la palidez que imponen los cánones de belleza nipones. El sol que ha seguido en todo su recorrido desde el naciente japonés al poniente gallego ha acabado por broncearle la piel, pero también por darle otro color a su vida. Se ha aficionado al Camino de Santiago, y repite una y otra vez.
La noticia en otros webs
webs en español
en otros idiomas
Esta profesora de español en Tokio promociona el Camino en su país
El Xacobeo tiene un equivalente japonés en la ruta de Kumano
Satoko dirigió la peregrinación con 15 jóvenes desde Astorga a Santiago
Para los japoneses es una "experiencia" porque les descubre el mundo rural
En esta ocasión, Satoko viene de hacer el maratón de los 101 Km Peregrinos, que recorre el Bierzo siguiendo el Camino de Invierno a Santiago. 21 horas y 55 minutos andando para cubrir la distancia en tierras leonesas y otras tantas para llegar a la salida desde Japón, esta vez en avión. "He hecho el viaje desde Yokohama sólo para esto", explica. No es la primera vez. Además de recorrer en varias ocasiones la Ruta Jacobea, Satoko viene a España con cierta regularidad para participar en maratones con un grupo de amigos de Murcia que conoció peregrinando.
Nakajima es profesora de español en la Universidad de Tokio, especialista en las migraciones en la Península en el siglo XVI. Para profundizar en este tema para su tesis doctoral, llegó a España en 1997 y se estableció en Madrid, donde tuvo su residencia hasta 2008. Precisamente, la investigación sobre los movimientos de población en la actualidad la empujó a hacer el Camino de Santiago por primera vez en 2006.
Acompañada por su padre, recorrió el Camino Francés desde Saint Jean Pied de Port. "Mi tramo preferido es de Carrión de los Condes a Calzadilla, una inmensa llanura, de esas que no tenemos en Japón". Llegó hasta Fisterra, el Ara Solis gallego, donde se pone el mismo sol que cada día sale en su Japón natal.
No sólo el vínculo celeste une el naciente con el poniente. En Japón tienen el equivalente a la Ruta Jacobea en el Camino de Kumano, una senda de peregrinación que ha ejercido una gran influencia sobre la espiritualidad cultural nipona. Por eso, como el de Santiago, el recorrido por la península de Kii fue declarado Patrimonio de la Humanidad. "Si tengo que compararlos, a favor del de Kumano pondré que no hay basura, y en su contra, que no hay albergues, no hay flechas amarillas que te guíen y no hay peregrinos", dice Satoko. El camino japonés es frecuentado por unos 20.000 peregrinos cada año, un número muy inferior a los aproximadamente 150.000 que recogieron su Compostelana en 2009.
La segunda vez que hizo el Camino fue por la entrada de Somport hasta Santiago. Recuerda que cerca de Monreal, en Navarra, llegó agotada a un pueblecito y se encontró con todos los establecimientos hosteleros cerrados. Preguntó a un vecino dónde podía comer y beber, y le indicó que debería continuar hasta otra población, a unos cinco kilómetros. "Llevaba un rato andando en esa dirección cuando se me acercó el vecino en coche, diciéndome que su esposa le había regañado y que me traía un buen bocadillo de chistorra y agua". "Eso es el Camino: convivencia y solidaridad", resume.
Esos mismos valores son los que trata de inculcar a los jóvenes japoneses promocionando en su país la Ruta Jacobea. En 2008, presentó una propuesta a la Xunta para ofrecer becas a estudiantes nipones que quisieran hacer el Camino de Santiago. La ayuda cubría el coste del vuelo y la matrícula en el curso que recibirían durante la peregrinación. "Yo quiero compartir todo esto con jóvenes de mi país, a los que les atrae la idea porque el español es el tercer idioma extranjero que se estudia en Japón, tras el chino y el inglés", explica. La iniciativa prosperó y Satoko dirigió la peregrinación con 15 jóvenes desde Astorga a Santiago. "Fue una gran experiencia para ellos descubrir esta ruta, que además les permitió acercarse al mundo rural, porque el turismo que hacen los japoneses normalmente sólo hace escala en las grandes ciudades", explica.
Satoko ve en el Camino una gran oportunidad para todos. Recuerda a una chica suiza con la que se encontró peregrinando que no tenía muy claro si abandonar o no los estudios: "La peregrinación le ayudó a tomar la decisión de seguir". "Por eso me gusta el Camino", afirma Satoko. "Por eso lo seguiré haciendo una y otra vez mientras el cuerpo aguante" www.joyasdelperegrino.com
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Esta profesora de español en Tokio promociona el Camino en su país
El Xacobeo tiene un equivalente japonés en la ruta de Kumano
Satoko dirigió la peregrinación con 15 jóvenes desde Astorga a Santiago
Para los japoneses es una "experiencia" porque les descubre el mundo rural
En esta ocasión, Satoko viene de hacer el maratón de los 101 Km Peregrinos, que recorre el Bierzo siguiendo el Camino de Invierno a Santiago. 21 horas y 55 minutos andando para cubrir la distancia en tierras leonesas y otras tantas para llegar a la salida desde Japón, esta vez en avión. "He hecho el viaje desde Yokohama sólo para esto", explica. No es la primera vez. Además de recorrer en varias ocasiones la Ruta Jacobea, Satoko viene a España con cierta regularidad para participar en maratones con un grupo de amigos de Murcia que conoció peregrinando.
Nakajima es profesora de español en la Universidad de Tokio, especialista en las migraciones en la Península en el siglo XVI. Para profundizar en este tema para su tesis doctoral, llegó a España en 1997 y se estableció en Madrid, donde tuvo su residencia hasta 2008. Precisamente, la investigación sobre los movimientos de población en la actualidad la empujó a hacer el Camino de Santiago por primera vez en 2006.
Acompañada por su padre, recorrió el Camino Francés desde Saint Jean Pied de Port. "Mi tramo preferido es de Carrión de los Condes a Calzadilla, una inmensa llanura, de esas que no tenemos en Japón". Llegó hasta Fisterra, el Ara Solis gallego, donde se pone el mismo sol que cada día sale en su Japón natal.
No sólo el vínculo celeste une el naciente con el poniente. En Japón tienen el equivalente a la Ruta Jacobea en el Camino de Kumano, una senda de peregrinación que ha ejercido una gran influencia sobre la espiritualidad cultural nipona. Por eso, como el de Santiago, el recorrido por la península de Kii fue declarado Patrimonio de la Humanidad. "Si tengo que compararlos, a favor del de Kumano pondré que no hay basura, y en su contra, que no hay albergues, no hay flechas amarillas que te guíen y no hay peregrinos", dice Satoko. El camino japonés es frecuentado por unos 20.000 peregrinos cada año, un número muy inferior a los aproximadamente 150.000 que recogieron su Compostelana en 2009.
La segunda vez que hizo el Camino fue por la entrada de Somport hasta Santiago. Recuerda que cerca de Monreal, en Navarra, llegó agotada a un pueblecito y se encontró con todos los establecimientos hosteleros cerrados. Preguntó a un vecino dónde podía comer y beber, y le indicó que debería continuar hasta otra población, a unos cinco kilómetros. "Llevaba un rato andando en esa dirección cuando se me acercó el vecino en coche, diciéndome que su esposa le había regañado y que me traía un buen bocadillo de chistorra y agua". "Eso es el Camino: convivencia y solidaridad", resume.
Esos mismos valores son los que trata de inculcar a los jóvenes japoneses promocionando en su país la Ruta Jacobea. En 2008, presentó una propuesta a la Xunta para ofrecer becas a estudiantes nipones que quisieran hacer el Camino de Santiago. La ayuda cubría el coste del vuelo y la matrícula en el curso que recibirían durante la peregrinación. "Yo quiero compartir todo esto con jóvenes de mi país, a los que les atrae la idea porque el español es el tercer idioma extranjero que se estudia en Japón, tras el chino y el inglés", explica. La iniciativa prosperó y Satoko dirigió la peregrinación con 15 jóvenes desde Astorga a Santiago. "Fue una gran experiencia para ellos descubrir esta ruta, que además les permitió acercarse al mundo rural, porque el turismo que hacen los japoneses normalmente sólo hace escala en las grandes ciudades", explica.
Satoko ve en el Camino una gran oportunidad para todos. Recuerda a una chica suiza con la que se encontró peregrinando que no tenía muy claro si abandonar o no los estudios: "La peregrinación le ayudó a tomar la decisión de seguir". "Por eso me gusta el Camino", afirma Satoko. "Por eso lo seguiré haciendo una y otra vez mientras el cuerpo aguante" www.joyasdelperegrino.com
martes, 1 de junio de 2010
Bici vestida de moto
Es la octava vez que hago el Camino de Santiago y será posiblemente la última», asegura José Luis Lago, de Tarragona. «Ya estoy algo cansado de cargar con mi compañera», añade. Quien lo escuche pensará que lleva a su lado a alguien del sexo femenino con la que ha discutido y está enfadado. Pero no. Lago habla de su impresionante y llamativa bicicleta. Pese a no ser muy voluptuosa, sí es exuberante a más no poder y por eso la van fotografiando allá por donde pasa. Si lo normal para un vehículo de este tipo son los tres kilos, más o menos, la suya pesa unos 50. No ha engordado por engullir la buena comida del Camino sino debido a los numerosos objetos que su dueño le ha puesto encima. Tal y como está, semeja ser una bicicleta vestida de motocicleta, algo así como un híbrido, «pero realmente no tiene motor», especifica José Luis. Banderas, carteras de cuero, el 46 de Valentino Rossi al frente, luces por todos los lados, muñecos y un largo etcétera. No es tunear, es afición.
Va sobre ella cuando puede y la empuja cuando lo ha de hacer, lo mínimo si se tiene en cuenta que este velocípedo ha sostenido al tarraconense durante sus viajes a Santiago en los años 1996, 1997, 1998, 1999, 2000, 2001, 2004 y 2010, siete de ellos desde Roncesvalles y este último desde su casa. Lago tiene 43 primaveras y hace el Camino «por enriquecimiento interior, por ser algo diferente a la vida real». Lo de la decoración de la bicicleta le viene de pequeño. Su particular compañera llegó a sus manos en 1994 y la preparó al año siguiente. La considera una especie de amuleto y en ella hay sitio también para su «santuario particular»: imágenes de Jesús, la Virgen María, un rosario, Santiago Apóstol... Forma ya parte de su personalidad y no duda en afirmar que la quiere mucho por haberle dado algunos de los mejores años de su vida. Como peregrino, sin duda alguna.
Los dos lo viven por igual
Por O Cebreiro han pasado algunos caminantes que llevan de acompañantes, por ejemplo, a sus animales, para los que incluso sellan una credencial particular. En el caso de esta bicicleta no es del todo así, pero José Luis afirma que no solo él esta haciendo el Camino, sino también «ella». Pero, como en todo, los años van pasando y ahora tiene previsto colgarla. Como trofeo, como recuerdo presente de lo vivido. «Estoy muy orgulloso de mi bici», admite. El Camino hecho de esta manera, dice, no se puede explicar, pero tiene clara una cosa: «Cuando vuelves a la vida cotidiana, te das cuenta de lo que has dejado». Tanto es así que, ahora que José Luis colgará los hábitos de la peregrinación, tiene previsto dejar su ciudad y, si puede ser, mudarse «a un pueblecito con paso de peregrinos». Se plantea también el trabajar una temporada como voluntario.
Este año llegará « algo vacío»
La suya es experiencia en el Camino y, este año, por todo un poco, llegará algo vacío emocionalmente. «A las cosas se les puede dar una publicidad, pero siempre respetando unos principios», reflexiona. A lo largo de su trayecto ha visto, más que peregrinos, turistas y excursionistas y opina que, a su llegada a Santiago, casi se les da más preferencia a estos últimos. No concibe hacer el Camino sin peso ni motivación, así que, de momento y a partir de ahora, él y su compañera se quedarán en casa. wwwjoyasdelperegrino.com
Va sobre ella cuando puede y la empuja cuando lo ha de hacer, lo mínimo si se tiene en cuenta que este velocípedo ha sostenido al tarraconense durante sus viajes a Santiago en los años 1996, 1997, 1998, 1999, 2000, 2001, 2004 y 2010, siete de ellos desde Roncesvalles y este último desde su casa. Lago tiene 43 primaveras y hace el Camino «por enriquecimiento interior, por ser algo diferente a la vida real». Lo de la decoración de la bicicleta le viene de pequeño. Su particular compañera llegó a sus manos en 1994 y la preparó al año siguiente. La considera una especie de amuleto y en ella hay sitio también para su «santuario particular»: imágenes de Jesús, la Virgen María, un rosario, Santiago Apóstol... Forma ya parte de su personalidad y no duda en afirmar que la quiere mucho por haberle dado algunos de los mejores años de su vida. Como peregrino, sin duda alguna.
Los dos lo viven por igual
Por O Cebreiro han pasado algunos caminantes que llevan de acompañantes, por ejemplo, a sus animales, para los que incluso sellan una credencial particular. En el caso de esta bicicleta no es del todo así, pero José Luis afirma que no solo él esta haciendo el Camino, sino también «ella». Pero, como en todo, los años van pasando y ahora tiene previsto colgarla. Como trofeo, como recuerdo presente de lo vivido. «Estoy muy orgulloso de mi bici», admite. El Camino hecho de esta manera, dice, no se puede explicar, pero tiene clara una cosa: «Cuando vuelves a la vida cotidiana, te das cuenta de lo que has dejado». Tanto es así que, ahora que José Luis colgará los hábitos de la peregrinación, tiene previsto dejar su ciudad y, si puede ser, mudarse «a un pueblecito con paso de peregrinos». Se plantea también el trabajar una temporada como voluntario.
Este año llegará « algo vacío»
La suya es experiencia en el Camino y, este año, por todo un poco, llegará algo vacío emocionalmente. «A las cosas se les puede dar una publicidad, pero siempre respetando unos principios», reflexiona. A lo largo de su trayecto ha visto, más que peregrinos, turistas y excursionistas y opina que, a su llegada a Santiago, casi se les da más preferencia a estos últimos. No concibe hacer el Camino sin peso ni motivación, así que, de momento y a partir de ahora, él y su compañera se quedarán en casa. wwwjoyasdelperegrino.com
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